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Cuentovilla no hace más que sorprendernos…
Hoy hemos ayudado al albañil, a la carpintera y a la granjera a reconocer
que en realidad viven en este pueblo encantados y que han olvidado que son en
realidad los tres cerditos. Para ello hemos tenido que hacer un poco el guarro.
El momento definitivo ha sido en la charca de barro donde lo hemos conseguido y
nos han reconocido como hermanos suyos (por las pintas que llevábamos).
El único problema que hemos encontrado es que al despertar la memoria de
los tres cerditos también hemos hecho que el inspector del pueblo se
convirtiera en lo que realmente es… el lobo.
Por la tarde hemos tenido que luchar contra los "lobeznos" que ha raptado el
Lobo, pero al final les hemos convencido de que robar y hacer fechorías no es
lo mejor que pueden hacer.
Por la noche hemos recorrido Cuentovilla para conseguir armarnos de valor,
perder el miedo y vencer definitivamente al lobo.
Y mañana nos vamos de marcha… igual las fotos tardan un poquito más en
estar visibles.
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