lunes, 30 de enero de 2017

Convivencia Parroquial "Merida Brave de Jesús"

Para ver mas fotos pinchar AQUÍ

Al llegar al parroquial y descargar nuestros petates, nos encontramos al padre de Mérida Brave de Jesús muy preocupado porque Mérida se había vuelto a escapar del castillo, es una muchacha muy rebelde que siempre está cabalgando y tirando con el arco, no hay forma de controlarla por lo que el padre nos manda a buscarla al bosque; a ver si nosotros conseguimos que entre en razón.


Una vez en el bosque nos dividimos en patrullas buscando a Mérida Brave de Jesús, siguiendo las pistas e indicaciones de donde suele estar ella habitualmente. Después de mucho esfuerzo conseguimos encontrarla para decirle que su padre la había mandado llamar. Pero ella está allí por los fuegos fatuos, que le estaban guiando en su camino, y nos dijo que hasta que no los encontrara no iba a volver, así que después de alimentarnos bien decidimos ir a buscar al fuego fatuo por el bosque, teniendo que visitar a las diferentes criaturas que por allí vivían. Después de afinar nuestros oídos conseguimos encontrar el fuego fatuo que le dijo a Mérida que su destino era volver al principio… al castillo.


En el castillo tenían un artefacto maravilloso que nos mostró la vida de Mérida al completo, y así pudimos conocer mejor su historia.

Después de una cena típicamente escocesa el fuego fatuo nos llevó a la biblioteca del castillo, por donde parecía que habían pasado los hermanos de Mérida, pero no fue así si no que los ancestros le habían dejado marcados recuerdos familiares para guiar a Mérida.

Después de conseguir lo que nos dejaron, decidimos hacer un momento de oración donde destacamos a 5 valeros@s personajes con la “cruz” del Junior Anawin (felicidades a Fernando, Isabel, Ismael, Mª Elena y Paco). Y cansados de un duro día, nos fuimos a descansar.

Por la mañana, aparecieron 3 pretendientes para Merida Brave de Jesús que con su fuerza, su belleza y su inteligencia querían conquistar el corazón de nuestra princesa, para ello propusieron varios duelos muy escoceses y posteriormente se presentaron ante Mérida, que decidió, con la autorización paterna, no tener que elegir entre ninguno de ellos ya que cada uno destacaba en una cosa solo y no le daba importancia a las demás.

Para celebrarlo acudimos todos a participar en la Eucaristía en nuestra parroquia y nos despedimos hasta una próxima aventura.