domingo, 8 de agosto de 2021

Día 7 - La lanza de Gungnir

Esta mañana, al despertarnos, ha aparecido nuestro amigo el Bibliotecario asustado y nos ha dicho que han asaltado la cripta de Odín y que la lanza de Gungnir ha caído en una zona de la Tierra que están intentando localizar. Quien consiga encontrarla podría dominar el mundo...

El Bibliotecario ha aparecido herido y cojeando, diciendo que los secuaces se le han adelantado y poseen la lanza de Gungnir, y que debe huir para que no puedan averiguar dónde se esconden el Guardian y la Biblioteca.

De repente, han aparecido los secuaces con la lanza, celebrando haberla conseguido, preguntando por el Bibliotecario. En ese momento ha aparecido la Ayudante intentando defender al Bibliotecario y cuando pensábamos que iba a atacar a los secuaces, estos le han rendido pleitesía y entregándole la lanza de Gungnir. Ella ha estallado en una carcajada maliciosa y señalándonos con la lanza, nos ha dicho que era nuestra dueña y que debíamos servirle y rendirle pleitesía porque posee la lanza de poder.

Nos ha tocado jugar con sus normas en unos retos en los que un@s estarían más favorecid@s que otr@s. La Ayudante ha valorado el trabajo pero no le ha bastado y nos ha convocado para la tarde ver si seríamos buenos secuaces.

En el taller hemos hecho unos cuelga-mascarillas. Muy útiles en estos tiempos.

En la actividad de la tarde han intentado poner a prueba a la gente para ver las cualidades para formar parte del grupo de secuaces. La Ayudante ha estado bastante contenta y nos ha invitado a una fiesta en su casa. La única condición es que vayamos disfrazad@s de algún villano.

Así, después de cenar, nos hemos ataviado y acudido a la fiesta, que estaba amenizada con música y bailes, juegos de mesa y el rincón de los recuerdos. Resulta que el Bibliotecario se ha infiltrado en la fiesta, disfrazado, y ha ido moviendo seguidores para planear la caída de la Ayudante. Ésta no se ha enterado y ha caído en la trampa bailando, cuando le hemos arrebatado la lanza. Ha sido entonces cuando ha huido maldiciendo, como ha podido.

Se ha hecho la despedida y tras bajar la bandera, el Bibliotecario nos ha dado un regalo de parte del Guardián: unos llamadores de ángeles para que nos protejan de cualquier mal. Y así hemos acabado nuestra última noche en el campamento de este año.

¡Mañana último día!


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